Con estas tres fotografías manifiesto un registro familiar a primera vista “clásico”, en el que no se muestra de forma obvia el concepto “cicatriz” si no que quise dignificar el conjunto de la mirada, el cuerpo semi desnudo y las diferentes cicatrices, rechazando la idea de que estás sean consideradas un defecto. Además, las tres imágenes fueron manipuladas en Photoshop, donde borré a cada retratado, lunares y arrugas, para centrarme en la cicatriz que quiero mostrar. Incluyendo la connotación personal que infiere que si bien todo el exterior puede ser modificado en la vida real y mediante programas digitales, las cicatrices son parte de uno, aun siendo físicas, nos acompañan, adhiriéndose a nuestra personalidad y en ese sentido siempre serán imborrables
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